Randa Kamel, danza, belleza, leyenda.


Nació en Mansoura, Egipto. Cuando era pequeña, bailar en las fiestas y bodas de vecinos y amigos así como en los festivales escolares de esta tradicionalista ciudad le trajo muchos problemas con su familia, porque desaprobaban su gusto por la danza.

 “Me encantaba cuando la gente venía y me rogaba que bailara. Me hacía sentir amada y apreciada; quizá esa sea la razón por las que me apasiona tanto bailar” Randa Kamel.

A los 15 años entró a estudiar folklor egipcio con el famoso grupo Reda, del cual formó parte durante 7 años. Sin embargo, nunca tomó clases de danza oriental, sino que desarrolló su estilo por sí misma.

Aunque psicóloga de profesión , Randa comenzó su carrera como bailarina profesional de danza oriental a los 21 años, en Alejandría, en donde vivió por dos años.

Posteriormente, se mudó a El Cairo y trabajó en restaurantes y cabarets durante cuatro meses hasta que entró a trabajar al Hotel Meridien de El Cairo, en donde compartió el escenario durante una semana con la famosa bailarina Fifi Abdou.

Randa bailó como solista en el espectáculo nocturno del hotel durante dos años, y posteriormente empezó a trabajar en el lujoso crucero Nile Maxim del Hotel Marriot, que navega por el río Nilo en El Cairo.

”En Egipto se cree que la danza oriental es una representación de la belleza de la mujer, para seducir a los hombres. Pero yo no estoy de acuerdo. Esta danza es un arte milenario y difícil, una de las formas más difíciles de bailar. Por eso no bailo seductoramente”.

Su estilo combina pasos de ballet, folklor, bailarinas clásicas y pasos que ella misma ha inventado.

 “La danza debe tener energía y poder, movimiento continuo. No me gustan los movimientos suaves. Me gusta mostrar distintas expresiones, sentimientos, no dejo una sola parte de mi cuerpo sin mover. Quiero que todos los que vean mi danza sientan mis movimientos. Esa es la única manera de atrapar la atención de los espectadores: la sorpresa”.

Como consejo a las bailarinas para entrar en escena, recomienda sentirse gloriosas en el escenario, orgullosas de sí mismas, únicas y hermosas.
Randa ha venido a México dos veces, la primera en 2011, invitada por Monse Saavedra, y la segunda en octubre de 2012, invitada por la Academia Zahra como parte del Festial Egipto en México.




Información: Un mundo de luz.

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